Cuando hablamos de un curso intensivo de un idioma extranjero, en este caso el ruso, lo que solemos tener en mente es una cantidad de lecciones superior a aquella que nos parece adecuada para un aprendizaje sin prisas. Los cursos que he dado de 10 y más horas semanales siempre se han llamado “intensivos”, aunque en realidad no es del todo correcto llamarlos así.
¿Qué es un curso intensivo?
Imaginemos que pensamos estudiar un idioma extranjero de cero y no nos importa el tiempo que tendremos que invertir para lograr el nivel deseado. Nos decimos que estudiaremos un poco a diario: en casa por las tardes y en clases dos veces por semana para tener un apoyo de un profesor que pueda dirigir nuestros estudios de gramática y vocabulario, corregir nuestros errores, ser nuestro interlocutor, etc.
Pero si tenemos prisa por empezar a hablar el idioma elegido cuanto antes (e incluso muchas veces lo necesitamos “para tal fecha”), cualquier cantidad de clases mayor a la mínima adecuada ya es para nosotros un curso intensivo.
Mientras tanto, en las metodologías de idiomas extranjeros un curso intensivo es aquel que cuenta con 25-30 horas de clase semanales, más otras tantas de estudio extraescolar.
¿Significa esto que un curso de ruso que consiste en dar clases diarias de 1 o 2 horas no se puede considerar intensivo?
Sí y no. Hay que tener en cuenta que un curso intensivo como aquel que se describe en las metodologías, el que supone el uso del método de inmerción (viewtopic.php?f=14&t=212) no siempre está disponible al alumno por muchas razones. De hecho un curso intensivo de 30 horas semanales sólo se lo pueden permitir aquellos que piensan dedicar una temporada únicamente al estudio del idioma olvidándose de todo lo demás.
Pero ¿y si queremos avanzar lo más rápido que podamos, pero dentro de las circunstancias de cada uno? ¿Es que no va a ser un curso intensivo?
Lo va a ser. Llamemos un curso intensivo todo aquel estudio que nos requiere bastante más tiempo y esfuerzo de los que pondríamos si pudiéramos estudiar el idioma a un ritmo normal.
Un curso intensivo de ruso, ¿merece la pena?
Los cursos intensivos que he dado siempre han terminado con un buen resultado y aún así quizá no siempre fueran apropiados. Explicaré por qué.
Un curso intensivo de ruso puede ser útil si el estudiante:
- piensa realizar un viaje a Rusia (u otro país en el que se habla el ruso) y quiere adquirir una base de conocimientos del idioma para su estancia allí;
- necesita tener conocimientos de ruso por cuestión de trabajo (sus colegas son rusos);
- se está preparando para un examen de ruso;
- tiene un buen nivel, pero no logra soltarse a hablar y lo necesita.
En todos los casos que mencioné el estudiante se ve obligado a utilizar el ruso aquí y ahora, justo después de terminar el curso intensivo. Puede haber otra razón muy buena para solicitar un curso intensivo:
- el estudiante tiene una temporada libre (unas vacaciones, un ERE, etc.) y la quiere dedicar al idioma ruso para después seguir avanzando con más tranquilidad.
Y es que en los demás casos, en los que no hay posibilidades de practicar el idioma una vez terminado el curso intensivo, éste no va a ser útil y no merecerá la pena, porque los conocimientos que se adquieren de forma rápida se olvidan igual de rápido a falta de su uso.
Un curso intensivo de ruso de 2-3 meses partiendo de cero ¿nos permitirá hablar con los nativos?
Hablar desde luego que no. Pero no es ése el objetivo que nos tenemos que poner, sino el “estar a gusto” con el idioma ruso.
¿Qué es el “estar a gusto con un idioma”?
No es una idea mía, sino de un profesor de inglés que conocí y que decía que lo más importante para un principiante es aprender a “sentirse en el idioma como en casa”, cuanto antes, mejor. Y para eso un curso intensivo es lo mejor que hay.
El “estar cómodo con el idioma ruso” es lo que se adquiere después de haber hecho un curso intensivo de 2-3 meses de 5-10 clases semanales más los deberes diarios. Entonces el ruso deja de ser un idioma extranjero; podemos leer los escaparates, los carteles, entendemos al oído algunas partes de diálogos de los nativos, les podemos dirigir la palabra, no nos cuesta ser corteses cuando lo exige la situación, podemos formar preguntas básicas, etc.
¿Y no podemos llegar a hablar el ruso básico si ponemos el esfuerzo y el tiempo necesarios durante un curso intensivo de 2 o 3 meses?
No. Hay que tener en cuenta que el idioma en cuestión es el ruso, y el estudiante en cuestión es un hispanohablante, y eso significa que se necesitarán al menos 8-10 meses de estudios de gramática y vocabulario para obtener una base y empezar a hablar con cierta facilidad. Si en vez del idioma ruso fuera el portugués o el italiano, sería mucho más fácil lograrlo y no se necesitaría tanto tiempo. Y si en vez de un estudiante hispanohablante fuera un búlgaro o un checo, lo tendría más fácil también.
El curso intensivo de ruso y el estudio de la gramática.
Un estudiante hispanohablante que a diferencia de los eslavos no ha tenido la posibilidad de utilizar las declinaciones en su idioma materno, puede verlas como un obstáculo. Sin duda lo es, y el hecho de tener que aprender montones de terminaciones y luego cambiarlas constantemente siguiendo las normas, puede hacer que el aprendizaje vaya más lento. Por lo demás la gramática rusa no tiene nada que pueda sorprender.
El curso intensivo de ruso y el estudio del vocabulario.
El vocabulario puede ser más difícil de estudiar porque su mayor parte tendrá raíces eslavas, desconocidas para un hispanohablante, pero trasparentes para un checo o un polaco, que en este sentido tiene una gran ventaja.
El curso intensivo de ruso y el estudio de la fonética.
Tratándose de un curso intensivo hay que tener en cuenta que los conocimientos de la fonética van a ser los justos. El profesor va a intentar conseguir que el alumno obtenga la mejor pronunciación posible, pero sólo corregirá aquellos errores significativos que puedan ser un obstáculo para la comunicación. Y es que no merece la pena dedicarle más tiempo de lo necesario porque el aparato de fonación tiene que acostumbrarse a los sonidos nuevos, y esto requiere bastante más tiempo que aquel que dura un curso intensivo.
Resumen: es totalmente necesario valorar nuestra situación lingüística y extralingüística para decidir si un curso intensivo nos será útil o no.
La_profe.
