Diccionario artesano

Diccionario artesano

Notapor Antonio G » 09 Nov 2014, 18:27

Hola Profe,

Gracias por tu amable ofrecimiento para completar mi relación de perfectivos. En breve te enviaré la lista al foro, transcrita en cirílico. Ahora quiero dar contestación a tu pregunta sobre el "modus operandi" que he seguido para completar mi diccionario artesano.

Como seguramente recordarás la intención que yo tenía era la de hacerme, más que con un verdadero diccionario, con un léxico que fuera funcional y apropiado a mis propósitos de aprendizaje de la lengua rusa. Es decir, un compendio de vocabulario adaptado en la medida de lo posible a las necesidades de un principiante.

No quería conformarme con los clásicos "aprenda ruso en 10 días" para uso de turistas y tampoco perderme en el maremágnum de los diccionarios de verdad, para los que reservaba el papel de obra de consulta. Quería poder comprobar a medida que fuera profundizando en el idioma si mis conocimientos de vocabulario iban acordes con las necesidades mínimas de dicho objetivo. Es decir lo justo para poder entender textos o conversaciones de nivel elemental.

Situado el problema en su contexto podría resumir el plan de ataque en tres etapas. La primera era definir la magnitud del empeño o por decirlo más claro el tamaño, el número de palabras que necesitaba conocer para alcanzar ese primer grado. Como quizá recuerdes te consulté al respecto y me orientaste con mucho acierto ya que tu consejo resultó ser coincidente con, como más tarde supe, las exigencias mínimas de conocimiento del lenguaje que plantean las universidades de Rusia para aceptar a estudiantes extranjeros. Esto se resume en unas 2000, 2300 ó 2500 palabras, según los casos. Y este fue el primer dato con el que arranqué: un repertorio de entre 2000 y 3000 palabras que, al final han resultado ser algo más de 2600.

A continuación venía el núcleo del problema: Cómo seleccionar ese mínimo necesario para que respondiera a la morfología y peculiaridades de una lengua desconocida. Aun a riesgo de equivocarme estrepitosamente decidí dar por sentado que siendo el ruso y el español dos lenguas que aunque muy distintas participan de un lejano emparejamiento como miembros del común tronco indo-iranio, podía dar por supuesto que se mantuviese una cierta equivalencia, al menos morfológica entre ambos idiomas.

A partir de aquí sometí el mejor diccionario ruso a mi alcance (no el grande de Rubiños) y un diccionario de la lengua española de tamaño equivalente a un doble análisis, morfológico y estadístico, cuyos detalles voy a omitir para no cansar al prójimo, de los cuales extraje las conclusiones siguientes:

Los elementos articulares e invariables, es decir pronombres, preposiciones, conjunciones, interjecciones, etc. podían incorporarse en su totalidad, sin riesgo de desnivelar la relación final, para un rango como el planteado, de entre dos y tres mil términos.

Otro tanto podía decirse de los adverbios y numerales pero con la condición de limitar los adverbios modales - los terminados en -mente - a lo esencial y en los numerales excluyendo los términos compuestos en los cardinales y dejando los ordinales en un nivel inicial.
El problema de los verbos era más peliagudo ya que aquí es donde, según me atrevo a opinar, más difieren ambas lenguas. Tuve que dejarme guiar por una decisión puramente empírica y al final opté por asignarle a este apartado una cuota del 12% del total que venía a representar algo más del 60% del contenido de alguna respetable obra impresa de difusión internacional.

Hasta aquí llevaríamos adjudicado algo más del 20% del espacio previsto y con esto llegamos al meollo de la cuestión que, para mí era desde un principio, dar con la relación más adecuada de adjetivos/sustantivos; a sabiendas de que el resultado marcaría el equilibrio entre amplitud y precisión y que cualquier aumento de uno de estos términos se lograría a costa de empobrecer el otro.

Nueva tanda de muestreos estadísticos, esta vez sólo sobre los diccionarios rusos, me llevaron a la conclusión, medianamente aproximada de que la relación más equilibrada debería oscilar en torno al 70% de sustantivos y 30% de adjetivos, siempre remitiéndonos a un conjunto de unas 2400 palabras (el 80% del total).

Resumiendo todo lo anterior la tabla maestra de distribución de vocablos por categorías gramaticales vendría a ser como sigue, para un total de 3000 palabras:

Preposiciones, conjunciones, interjecciones y partículas: 70
Pronombres y adjetivos numerales 80
Adverbios 140
Verbos (sin incluir infinitivos perfectivos) 350
Adjetivos 710
Sustantivos 1.650

Con estos datos en la mano, acertados o no que esta es otra cuestión, y considerando siempre que cabría aceptar hasta un 10% de margen de desviación sobre el plan inicial, se podía dar por finalizado el estudio cuantitativo. Ahora quedaba ponerle nombre a cada palabra y no cualquier nombre porque de no menor importancia que el equilibrio morfológico era la homogeneidad en la atención a toda la amplitud del conjunto.

De forma que el siguiente paso fue identificar un número razonable de áreas de interés lingüístico y como la lengua, al fin y al cabo, trata y se refiere a la realidad opté por ceñirme a las clásicas clasificaciones largamente establecidas y aceptadas del conocimiento. En una palabra me puse a elaborar el índice de una enciclopedia de las de aquellos tiempos en que no había internet.

De esa forma identifiqué hasta un total de 60 áreas temáticas que van desde la astronomía a la zoología, con el único condicionamiento de que fueran susceptibles de ofrecer al menos una veintena de sustantivos propios que se pudieran considerar parte del lenguaje común, cuidando de no exceder en ningún caso la proporción de 4:1 sobre dicho mínimo. Esto debería darnos de entrada un número de aproximadamente el doble de las palabras necesarias para cubrir el objetivo necesario y así poder espigar entre ellos los, presumiblemente, más usuales.

Bastante más complejo fue determinar la selección de los adjetivos y aquí debo dejar constancia de mi deuda con el Diccionario Temático Español Ruso de Ediciones Hispano Eslavas, preparado por María Sánchez Puig y Carmen Alonso Cecilia, que me fue de una gran utilidad.

De una forma más somera que en el caso de los sustantivos intenté parcelar el terreno en áreas que me permitieran minimizar el riesgo de concentración de conceptos. Así establecí un grupo para los adjetivos referidos a personas, otro para los que califican objetos, un tercero para los referentes a hechos y un cuarto para procesos para situar en cada uno de ellos los adjetivos más específicos de cada caso; hasta alcanzar el 80% del total y dejando el quinto restante para los términos genéricos. Creo que de esta forma el conjunto permite usar un lenguaje razonablemente preciso y diverso a la vez.

Una vez completas todas las fichas con los términos en español, que alcanzaban algo más de 2800 voces, llegó el momento de buscar su equivalente en ruso. Con esto entramos en el proceso de traducción que fue el más arduo, ya que no disponía de ninguna fuente que cubriese todo el material que había reunido, así que recurrí a un trabajo por capas en el que, en primer lugar me serví de mi diccionario ruso de la Universidad de los Pueblos de Moscú que me parecía el más riguroso, el que ofrecía más nivel de detalle y el que, sobre todo, incorporaba el género en los sustantivos, la conjugación en los verbos y el acento en todos los casos.

En los vocablos que estaban ausentes en este diccionario recurrí a mi segunda fuente, el diccionario Básico Lux, bastante más amplio y también con las indicaciones gramaticales pertinentes pero en el que - ¡vaya por Dios! - a nadie se le había ocurrido poner los acentos. Por último, cuando estas dos fuentes fallaron, tuve que recurrir al traductor de Google que me inspira bastante menos confianza y que por supuesto tampoco usa acentos.

El hecho es que, a trancas y a barrancas, conseguí una lista razonable que alcanzaba casi las 2700 palabras: traducidas, conceptuadas y acentuadas en la mayoría de los casos, a las que ya sólo restaba alfabetizar y depurar de repeticiones y algún que otro error que se hubiera colado en el procedimiento de acopio y traducción.

Ordenar correctamente esta cantidad de palabras siguiendo el alfabeto cirílico no fue sencillo, sobre todo por mi escasa familiaridad con éste y mi incurable tendencia a colocar la "c" después de la "b" en lugar de antes de la "t" o a situar la "p" en su lugar latino en vez de su valor como "r" rusa. Mejor o peor y con algún que otro fallo esta parte del trabajo también quedó concluida, aunque a base de una larga serie de borradores, sobre todo en aquellas letras que como la k, la c o la p, totalizaban varios cientos de términos para cada inicial.

La indudable ventaja de este paleolítico sistema fue que me obligó, a fuerza de repetir listas, a acabar escribiendo cada palabra no menos de ocho o diez veces; lo que supongo que podría considerarse como un saludable ejercicio caligráfico.

Para finalizar con este largo tostón sólo me queda contar que una vez reescrito todo el texto, ya sin repeticiones, el diccionario se ha quedado reducido a algo menos de 2600 voces. Aunque he tomado la precaución de dejar un par de espacios en cada una de sus
164 páginas, a tamaño 1/4 por si surgiera alguna incorporación imprescindible.
Todo ello artesanalmente manuscrito en un razonable cirílico bicolor azul-negro, de lo más discreto y elegante. ¡Qué menos para un trabajo tan entretenido como probablemente inútil. Aunque, insistiré, yo lo he pasado muy bien haciéndolo.

Perdón por la extensión y hasta pronto. Saludos

Antonio
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Re: Diccionario artesano

Notapor La_profe » 15 Nov 2014, 21:55

Hola Antonio,

Llevo unos días pensando en contestarte a tu mensaje, pero estoy tan atareada durante la semana que muchas cosas (por desgracia, el foro también) las dejo para el sábado. Hoy, por fin, puedo estar algo más relajada y te escribo.

El trabajo que has realizado es impresionante, seguro que la gente que ha leído este tema en el foro te admira y te tiene envidia. ¡Cuanto me gustaría poder hojear ese diccionario tan increíble que has elaborado! Conozco a mucha gente que quiere de verdad el idioma ruso y aún después de muchos años de estudios sigue aprendiendo cosas porque este idioma ya forma parte de su vida… Y también conozco a aficionados que no tanto estudian el idioma como coleccionan todo lo que tiene algo que ver con Rusia y con su cultura… pero nunca he conocido a nadie, ¡NADIE! que fuera capaz de realizar un trabajo tan enorme como lo es el hacer un Diccionario de Ruso Propio.

Así que creo que se te puede considerar la única persona en el mundo, o por lo menos, en el mundo hispanohablante, que hizo ese maravilloso trabajo.

¡Enhorabuena! :D

Y ahora más preguntas.

1. ¿Has empezado ya a utilizar tu diccionario? ¿Qué tipo de textos lees con él? ¿Es cómodo?

2. ¿Hay algún vocabulario que no está incluído en tu diccionario y que ves imprescindible ahora, al empezar a usarlo?

3. ¿Podrías decir ahora que has logrado tu objetivo y que gracias a tu diccionario puedes entender el ruso básico? Si no, ¿qué es lo que hace falta para conseguirlo, una vez terminado este trabajo?

4. ¿Te podría servir la pronunciación de cada palabra traducida que ofrece Goofle Traductor para poder poner los acentos que faltan en algunas palabras de tu diccionario ahora? ¿O quizá sea una tarea difícil el escuchar una palabra pronunciada y localizar la sílaba acentuada?

5. Haciendo la lista de los adverbios, conjunciiones, preposiciones, etc., ¿has incluído en ella aquellos que apenas se utilzan en el ruso moderno (весьма, погодя, ежели, спустя и т.д.)?

6. ¿No te parece algo escasa la lista de los verbos que están presentes en tu diccionario? ¿Es suficiente con saber unos 350 de ellos? Tengo esa duda.


Estaremos en contacto.

С большим приветом,

Elena.
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Re: Diccionario artesano

Notapor Antonio G » 16 Nov 2014, 00:47

Hola Elena,

Gracias por tu contestación y los piropos que dedicas al humilde diccionario artesano como creo que debemos bautizarlo para no llamarnos a engaño ya que, por desgracia, dista mucho de ser una obra ni siquiera medianamente seria. Tan solo un sueño más o menos disparatado de un loco enamorado de tu Patria, tu ciudad y tu lengua.

Por supuesto que yo también estaré encantado - ¿qué más podría desear?- de poner en tus manos el "incunable" y escuchar tu opinión sobre el resultado de este trabajo.

En la primera ocasión que me surja para desplazarme a León me atreveré a pedirte una entrevista para robarte unos minutos y escuchar tu opinión, además del placer de saludarte personalmente.

La verdad es que, del año un poco largo ya transcurrido desde que me puse a dar los primeros pasos en esta lengua, más de la mitad del tiempo se lo ha llevado la realización del diccionario. Quizá este tiempo, dedicado a un estudio reglado y sistemático me permitiría ahora disponer de un dominio mucho más profundo del idioma ruso que lo que son los pobres balbuceos con los que, a duras penas, puedo enhebrar un simulacro de conversación primitiva con mi escaso vocabulario.

Ya te decía en mi anterior correo que este empeño me ha parecido muy poco eficiente en cuanto a método de aprendizaje pero mentiría si no dejara constancia a la par de que lo he pasado en grande intentando superar cada uno de los pequeños o no tan pequeños retos en esta tarea de editor-lingüista y osado aprendiz, simultáneamente. Y desde luego el esfuerzo me ha producido una satisfacción innegable, sin ninguna relación directa con la utilidad.

Y ahora vamos con las respuestas a tus preguntas:

1.- Utilizo el "artesano" en todos los ejercicios del texto de Sánchez Puig "Lecciones de Ruso" que estoy siguiendo ahora. De momento y aparte estos ejercicios los únicos textos que traduzco son los que ocasionalmente despiertan mi curiosidad en pantallas o cabeceras de noticiarios rusos, en vídeos de youtube o en letras de canciones que, como recordarás, fue una de mis primeras inquietudes con el ruso y la que dio lugar a que entrara por primera vez en Ruso en León. No me considero aun ni medianamente capacitado para intentar acometer la traducción de un texto de periódico por ejemplo, por simple que pueda ser la materia de que se trate.

2.- Cada vez que me pongo a traducir algo en seguida salta una palabra que no está en el "artesano" y que ahora que la veo no me puedo explicar cómo fui tan torpe como para no incluirla. Tengo ya una reserva de más de un centenar. Habrá que pensar algún día en una segunda edición, como en las obras de verdad.

3.- No. Rotundamente no. Gracias al "artesano" tengo un vocabulario mayor que hace un año, he aprendido a escribir en cirílico bastante bien, he "pillado" algunos entresijos de la morfología de la lengua y he alcanzado cierta destreza en el manejo de obras de verdad, sean gramáticas o léxicos del idioma. Pero entender sigo entendiendo muchísimo menos de lo que me gustaría y, lo que hasta cierto punto es desconsolador, me suenanj muchísimos términos cuando se me aparecen pero no logro recordar su significado. Probablemente mis capacidades nemotécnicas no deben estar ya en sus mejores momentos. ¿Qué hace falta? me preguntas. Pues a mi sólo se me ocurre una respuesta: estudiar más, ahora que no tengo que ocuparme del diccionario.

4.- Sí, de hecho es el único elemento a mi alcance para ir poniendo esos acentos que me faltaron en su momento porque no estaban en la fuente. No me resulta difícil captar la entonación del sintetizador de voz o lo que quiera que sea que utilice Google para vocalizar. Mucho peor es debatirse entre la maraña de significados que a veces ofrece en la traduccción.

5.- Ninguno de los términos que me citas los tengo recogidos y tampoco aparecen en los diccionarios que uso. Supongo que habré de esperar a disponer del Rubiños grande.

6.- Efectivamente la lista de verbos es escasa pero en algún punto tenía que parar si quería mantenerme dentro de las coordenadas iniciales. Ahora bien en cuanto terminé me puse a confeccionar la lista de los dobles infinitivos de que te hablé y ya en ella llevo añadidos varias decenas más. De todas formas los límites de los dos compendios de verbos de que dispongo son 500 y 800 verbos. De ahí en adelante, Rubiños puro y duro. Aconséjame.


Большое спасибо Елена, espero poder ir a verte pronto con el "artesano" bajo el brazo.

Saludos, Antonio G
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