Antes de ayer tuve la suerte de visitar una exposición dedicada a la Real Academia de Bellas Artes de San Petersburgo (Cанкт-Петербургская Академия Художеств) que ahora mismo exhibe la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (C/ Alcalá, 13).
La exposición que se titula “La tradición académica San Petersburgo – Madrid” cuenta con cincuenta fotografías que retratan el ambiente de las academias de bellas artes de ambas ciudades y veintitrés dibujos de los estudiantes, petersburgueses en su mayor parte.
Sobre la Real Academia de Bellas Artes de San Petersburgo.
http://artsacademy.ru/
El edificio de la academia está en el malecón Universitétskaya (Университетская набережная) del Neva, su fachada es muy conocida, y detrás tiene unos patios en los que a menudo se puede ver gente joven con caballetes portátiles al hombro, lienzos sobre bastidores envueltos en tela para protegerlos de la lluvia o la nieve, y otras cosas propias de los pintores. Ellos mismos destacan en la multitud del malecón y sus alrededores por su aspecto artista e informal, bohemio, por sus conversaciones típicas, relacionadas sobre todo con los exámenes, trabajos de curso, diplomas. Quizá algunos de ellos lleguen a estar a la altura de los pintores como Kiprenski, Brullov, Kramskói, Serov o Grabar; de los arquitectos como Bazhénov o Zajarov, o de los escultores como Klodt, Kozlovski o Demut-Malinovski que también estudiaron en esta academia.
Una vez estuve viendo esta academia, fundada en 1757, por dentro. Era alumna de la sección de bellas artes del Palacio de los Pioneros y nos llevaron allí de excursión. Tenía unos diez años. Recuerdo que más que el ambiente de las clases me impresionó la arquitectura del edificio. Y más tarde pude volver a estar en el mismo ambiente, ese que sale en las fotos de la exposición en Madrid, pero ya para conocerlo desde dentro. Entonces ya tenía dieciocho. Estuve haciendo un curso de preparación en otra academia de artes de San Petersburgo, la Academia de Arte e Industria de Stieglitz, y sé lo que es. Lo he vivido. Aunque sólo durante un año.
Imágenes de la exposición.
He disfrutado mucho de esta exposición. Ha sido como un respiro, como una breve vuelta al pasado, como uno de esos sueños en los que estoy en mi ciudad. Y una fuente de inspiración también.
La exposición abre de 10 a 13 horas de martes a domingo, la entrada vale tres euros, y se podrá ver hasta el día 3 de septiembre.
La_profe.
