Alexandr Blok fue uno de los poetas simbolistas rusos más grandes en la historia.
Nació en 1880 en una familia petersburguesa perteneciente a la aristocracia, y su infancia fue de lo más feliz. Vivió rodeado de sus familiares más cercanos en un majestuoso edificio cuyas ventanas daban al malecón del Neva. Todos le querían y le adoraban: su madre, sus tías, su abuela y su bisabuela, su tata. Y su abuelo, el célebre profesor Béketov, se ocupaba de él diariamente y se puede decir que fue su primero y su mejor amigo. Con él jugaba, daba largos paseos, aprendía cosas, hacía visitas. Los profesores de renombre, amigos de Béketov, admiraban al niño de rasgos bellos y de una inteligencia sorprendente. Fue entonces cuando Mendeléyev, el famoso químico ruso, autor de la tabla periódica de elementos, le presentó a su hija. Ella era un año menor que Blok y compartieron algunos paseos durante la infancia.Quién se iba a imaginar entonces que aquella niña, Liuba Mendeléyeva, se iba a convertir luego en su esposa, a acompañarle durante toda su vida y a ser la viva imagen de la “Bella Dama” o la “Eterna Femineidad”, el símbolo de la belleza femenina que aparece en los primeros ciclos de poesías de Blok.
En las primeras décadas del siglo XX Blok se hizo tan conocido y su talento fue tan admirado que hasta se le comparó en muchas ocasiones con Alexandr Pushkin. Fue entonces cuando tuvo muchos seguidores entre los poetas de la época y cuando entró en los círculos de los literatos de San Petersburgo y de Moscú.
Después de la Revolución Rusa de 1917 Blok intentó ver lo ocurrido de manera positiva, pero pronto comprendió que el régimen soviético no sólo no prometía un futuro mejor, sino que hundía aquella Rusia que le era querida.
Poco a poco Blok fue dejando la poesía y tuvo que sobrevivir de las publicaciones de sus obras ya conocidas, de algunas charlas y lecturas de sus poemas. Pasaba hambre y frío, vendía libros y objetos valiosos que aún le quedaban, se sentía abatido, estaba desorientado y fue entonces cuando enfermó gravemente. Murió en 1921.
Toda su vida pasa delante del lector de la biografía escrita por Nina Berbérova, que se titula “Alexandr Blok y su tiempo”.
Nina Berbérova.
Nina Berbérova fue una escritora rusa que se hizo famosa gracias a la prosa documental que escribíó a lo largo de su vida. Nació en 1903 en San Petersburgo, de adolescente escribió poemas que le abrieron paso al mundo de los poetas rusos de entonces y le permitieron conocer en persona a Alexandr Blok, a Anna Ajmátova y a Valentín Jodasiévich que durante una década fue su pareja.
Con Jodasiévich emigró a París después de la Revolución Rusa de 1917 con apenas unos 23 años de edad. Y fue en Francia donde escribió biografías de Chaikovski, de Borodín y de Blok que enseguida se hicieron best sellers. Las tres biografías las escribió en francés, a pesar de que esa lengua le era extranjera y de que su ruso era de lo más bello y cuidado, propio de una joven aristócrata petersburguesa. Pero aquellos libros iban a ser publicados en Paris y estaban dedicados a los lectores franceses, y no a los rusos.
“Alexandr Blok et son temps”: el original.
Busqué información sobre las ediciones francesas de Berbérova en internet, y sobre la de “Alexandr Blok et son temps” en concreto, y encontré muchas páginas en las que se podían comprar. El verdadero bum de las ediciones de Berbérova en Francia se produjo en los años 1994-1995 cuando sus libros fueron publicados por cuatro editoriales diferentes (fue justo después de la muerte de la autora en 1993). Intenté buscar algunos blogs cuyos propietarios franceses tuvieran publicadas unas entradas sobre la biografía de Blok escrita por Berbérova, pero sólo encontré uno. Su autor viajó a San Petersburgo, visitó sus museos principales y alguna que otra exposición temporal, y al volver a su país buscó libros sobre los poetas y otros artistas rusos. Uno de ellos fue precisamente el de Berbérova. Y no encontré más. A pesar de eso, en todas las fuentes rusas que contienen información sobre la vida de Nina Berbérova se afirma que en Francia siempre se ha considerado la escritora moderna número uno y que fue muy querida por sus lectores franceses.
¿Quiénes serán estos lectores? Serán aquellos que sienten un verdadero interés hacia Rusia, hacia su cultura, sus poetas. Aquellos que sabrían apreciar una biografía así no sólo porque se trata de la vida de Blok del que apenas habrán oído el nombre (y si conocen a Blok, es posible que no conozcan a Biely, a Mierezhkovski, a Híppius que también aparecen en las páginas del libro…), sino porque en ella se percibe la atmósfera de la época en la que vivía el poeta, y la época aquella era de las más románticas y, desgraciadamente, de las más crueles en la historia de Rusia.
Cómo leí “Alexandr Blok y su tiempo”.
El libro “Александр Блок и его время” lo leí en ruso aún sin saber que su original era francés. Pero desde las primeras páginas tuve la sensación de que algo en la manera de describir la Rusia de los zares, era extraño. Empecé a leer este libro una madrugada, nada más subirme en el tren del metro de Madrid que me iba a llevar desde la estación de autobuses a la Gran Vía y enseguida pensé: “Pero, Nina Nikoláievna, ¿a quién le explica usted cómo se creó la ciudad de San Petersburgo y cómo es el río Neva de ancho? Acaso es posible que sus lectores que quieren leer algo más sobre la vida de su querido poeta, apenas sepan algo del Pedro Primero o de Pushkin?” Ahora sé a qué se debía esa forma de narración.
Leí el libro durante mis últimos dos viajes a Madrid en los que pude disfrutar de bastantes horas libres que tanta falta me hacen en la vida normal. Ante mis ojos pasó toda la vida de Alexandr Blok cuyos poemas conozco tan bien como quizá otras personas conozcan las de Miguel Hernández o las de Pablo Neruda, o, por qué no, las letras de Nirvana. Para mí Alexandr Blok ha sido y es un poeta petersburgués y, sobre todo, un poeta de Petersburgo, la ciudad que aparece en sus versos tal y como yo la veo y la imagino… ¿O tal vez la vea así gracias a aquellos poemas?
Es un libro excelente, su lectura es de lo más agradable, y creo que lo es más todavía cuando se lee fuera de Rusia, de San Petersburgo, de los malecones del Neva, de las orillas del río Priazhka y de la casa de Blok que ahora es museo… Ha sido algo casi mágico para mí el estar en un autobús de ALSA camino a León, pasando los prados de girasoles cerca de Segovia y teniendo sobre las páginas del libro el Petrogrado después de la Revolución, una ciudad en la que el poeta Blok, entonces ya muy enfermo, hacía intentos para seguir viviendo, escribiendo e ignorando la miseria.
Se hace duro ver como un bebé de cara angelical que aparece en las primeras páginas, un niño querido y mimado por sus familiares y amigos va transformándose poco a poco en un hombre envejecido antes del tiempo que apenas aparece ante la gente, que es indiferente a todo y que se está muriendo. Pero quizá por eso, por la brevedad de la narración (son menos de 300 páginas) al final del libro el lector puede darse cuenta de que el 7 de agosto de 1921 no sólo terminó la vida de un poeta, sino de toda una época de la poesía rusa. Ya no habrá más Blok, como no habrá aquella ciudad de San Petersburgo en la que vivió. Pero nos quedan sus poesías, y quedarán para siempre.
La edición española de "Alexandr Blok" de Nina Berbérova.
Gracias a nuestro usuario Oblomov que hizo una investigación sobre las ediciones españolas de este libro disponemos de la siguiente información: una edición en español salió en 1997 con el título de "Alexandr Blok". Lo publicó la editorial Circe, y es una traducción de la edición francesa realizada por la escritora española Ana María Moix. A pesar de ser una edición única y algo antigua, se puede encontrar en las librerías de libros usados.
Un saludo.
La_profe.
