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Serguiéi Dovlátov (1941-1990) es un escritor ruso cuyos libros durante las últimas décadas se han traducido a muchos idiomas y se leen por todo el mundo. Es difícil creer que en su país natal, en la URSS, no se publicó nunca. Por esa razón y por muchas otras a finales de los años 70 emigró de Leningrado a Nueva York donde vivió el resto de su vida y donde por fin publicó sus obras de una manera legal. En Rusia a Dovlátov le publicaron primero en las revistas de literatura, ya en el año 1991, y fue entonces cuando los lectores rusos descubrieron su brillante humor y su inconfundible estilo.
Un día tuve en mis manos la traducción de un libro de Serguiéi Dovlátov que se titula “La maleta” («Чемодан»). Como tengo a casi todo Dovlátov en mi biblioteca cogí la edición de “Чемодан” para comparar algunos párrafos del original con la traducción.
El que conoce el vocabulario de Dovlátov puede imaginar lo que cuesta traducirlo. Por eso pensé que encontraría un texto insípido, uno que no tiene nada que ver con Dovlátov, y me llevé una sorpresa cuando vi que la traducción estaba perfecta. El texto traducido empezó a gustarme desde las primeras líneas. Creo que fue una de las pocas veces que una obra rusa traducida al español no me parecía un completo absurdo. Aquí tenía a un auténtico Dovlátov, sólo que en español. La misma riqueza de vocabulario y de expresiones, el mismo humor, la misma melodía del diálogo.
El traductor Justo E. Vasco, un escritor de origen cubano, murió no hace mucho en Asturias donde vivió sus últimos años. Era un conocedor de Dovlátov, sabía percibir la voz de este autor en sus libros y tenía una increíble capacidad de encontrarles equivalentes en castellano a las expresiones rusas.
Nada más ver este libro me fijé en lo bien que estaba escrito el nombre del autor. Si fuera alguna traducción de los años 60 o 70, en la cubierta saldría algo como «Sergio Dovlatov». Y aquí «Sergei Dovlatov» en la cubierta y, lo que es curioso, «Serguéi Dovlátov» dentro. Aún mejor.
Luego abrí el prefacio en el que el autor, Serguiéi Dovlátov, explicaba a sus lectores de qué "maleta" se trataba.
Aquí podéis leer cómo empieza: en original y en traducción de Justo E. Vasco:
«В ОВИРе эта сука мне и говорит:
- Каждому отъезжающему полагается три чемодана. Такова установленная норма. Есть специальное распоряжение министерства.
Возражать не имело смысла. Но я, конечно, возразил:
- Всего три чемодана?! Как же быть с вещами?
- Например?
- Например, с моей коллекцией гоночных автомобилей?
- Продайте, - не вникая, откликнулась чиновница.
Затем добавила, слегка нахмурив брови:
- Если вы чем-то недовольны, пишите заявление.
- Я доволен, - говорю.
После тюрьмы я был всем доволен.
- Ну так и ведите себя поскромнее...
Через неделю я уже складывал вещи. И, как выяснилось, мне хватило одного-единственного чемодана». “En el OVIR, va aquella zorra y me dice:
- Cada emigrante tiene derecho a tres maletas. Esa es la norma establecida. Hay una resolución especial del ministerio.
No tenía sentido objetar. Pero, por supuesto, objeté.
- ¡¿Solamente tres maletas?! ¡¿Y qué hace uno con sus cosas?!
- ¿Por ejemplo?
- Por ejemplo, con mi colección de coches de carreras.
- Véndala - respondió de inmediato la funcionaria; y añadió, frunciendo levemente las cejas: - Si algo no le satisface, escriba una reclamación.
- Estoy satisfecho – le digo.
Después de la carcel, todo me satisfacía.
- Entonces, compórtese correctamente...
Una semana después recogía mis cosas. Y, como se vio después, me bastaba con una sola maleta”.
Os recomiendo leer a Dovlátov en esta traducción. O en original.