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por La_profe » 20 Sep 2014, 16:53
Después de casi dos años durante los cuales apenas pasé por la Biblioteca Pública de León, vuelvo a visitarla tan a menudo como antes: cada semana o dos. El viernes pasado entré el la sala de préstamos con mi hija de dos años que puede caminar distancias cada vez más largas y no necesita el carrito (¡menudo obstáculo era para entrar en algunos sitios!), me dirigí a la estantería de “últimas adquisiciones”… y enseguida supe que no me hacía falta seguir mirando más libros. Encontré esto: Hace algunos años leí “Diarios” de Tolstói publicados por la misma editorial, y, si no me equivoco, también traducidos por Selma Ancira. También leí los “Diarios” de Sofia Andréyevna Tolstaia, la mujer de escritor, con la que vivió casi cincuenta años y con la que tuvo trece hijos. Y por supuesto que leí la mayoría de las obras de Lev Tolstói. Mi favorita es la “La sonata a Kreutzer”. Cuando empecé a leer este libro, “Correspondencia”, me di cuenta de que aunque las cartas venían por orden cronológico, veía detrás de ellas a un Tolstói “de siempre”, es decir, aquella imagen suya que se quedó grabada en el cerebro de la mayoría de los rusos y también en el mío. Veía a ese anciano, con una barba larga y desordenada, vestido como un campesino con la camisa tradicional rusa… Pero es que las cartas de las primeras páginas del libro fueron escritas por Tolstói en el año 1849, cuando él tenía ¡21 años! Cuesta imaginar a Lev Tolstói como un hombre tan joven. Además, su manera de escribir ya entonces parecía ser la de una persona madura. Lev Tolstói (1828 - 1910)Hoy he terminado de leer el libro. Todos estos días lo único que quería era tener un rato tranquilo para quedarme a solas con las cartas de Tolstói y que todo el mundo esperara... Voy a publicar aquí algunos fragmentos del libro, los voy a dividir en varias partes y cada parte se titulará “Sobre…”. Para ello necesite quizá varias entradas. Y para que no os equivoquéis, como yo, de la edad de Tolstói a la hora de escribir una carta u otra, la pondré entre paréntesis. Espero que sea una lectura útil y agradable. La_profe.
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por La_profe » 20 Sep 2014, 16:57
Sobre sus obras."¡Dios mío, si alguien pudiera terminar Anna Karénina por mí! Me resulta insoportablemente repulsiva".A Nikolái Alexéievich Nekrásov, 18 11 1852 (la carta no fue enviada) (24 años)Muy señor mío: Con inmenso disgusto leí en el nº 9 de El Contemporáneo un relato titulado “Historia de mi infancia” en el que reconocí Infancia, la novela que le envié. La primera condición que puse para que se publicara fue que antes que nada hiciera usted una evaluación del manuscrito y que me enviara la suma que considerara que éste vale. Esta condición no se cumplió. La segunda condición era que no se le hicieran cambios. Esta condición se cumplió aún menos; usted lo cambió todo, empezando por el título. … El título “Infancia” y algunas palabras del prólogo explicaban la intención de la obra; el título “Historia de mi infancia” contradice la intención de la obra. ¿A quién le importa la historia de mi infancia? El “retrato de mamá” en lugar del “icono de mi ángel” en la primera página es un cambio que obligará a cualquier lector que se respete a abandonar el libro, a no seguir la lectura. No es posible ni necesario enumerar todas las alteraciones de esta naturaleza, por no hablar de las innumerables frases truncadas que han perdido su sentido, las erratas, los signos de puntuación mal colocados, la pésima ortografía, las poco afortunadas alteraciones en el léxico que demuestran una ignorancia supina de la lengua… A Pável Vasílievich Ánnenkov, 22 04 – 4 05 1857 (29 años) El trabajo, sin embargo, no me va bien. Comencé aquella obra de envergadura de la que le hablé en cierta ocasión en cuatro tonos distintos, y después de escribir unas tres páginas en cada tono me detuve no sabiendo qué elegir o cómo unirlos, o si era mejor abandonar el proyecto. Lo que ocurre es que esta poesía subjetiva de la sinceridad – poesía de preguntas – me tiene un poco asqueado y no va ni con el objetivo de mi trabajo ni con el estado de ánimo en el que ahora me encuentro; me lancé a un terreno inabarcable, duro, positivo, objetivo y perdí la cabeza. En primer lugar por la abundancia de temas, o, más bien, la abundancia de aspectos de los temas que se me presentaron y por la diversidad de tonos en los que se pueden tratar dichos temas. Tengo la impresión de que en medio de este caos se vislumbra una regla imprecisa que será la que me dé la posibilidad de hacer una elección; pero hasta este momento, dicha abundancia y dicha diversidad equivalen a la impotencia. A Alexandr Vasílievich Druzhinin, 9 10 1859. (31 años)Ya no escribo ni he escrito nada desde “La felicidad conyugal” y, creo, no volveré a escribir. Por lo menos eso espero. ¿Por qué? Es largo y difícil de contar. La razón principal es que la vida es corta y perderla a los años que ya tengo escribiendo el tipo de historias que escribía me avergüenza. Puedo y debo y quiero dedicarme al trabajo serio. Si tuviera un argumento que no me dejara en paz, que pudiera salir a la superficie, que me diera audacia, orgullo y fuerza, sería perfecto. Pero escribir historias encantadoras y muy agradables de leer a los treinta y un años, se lo juro, no puedo. A Egor Petróvich Kovalevski, 12 03 1860 (32 años)Este año (desde el otoño), además de la hacienda, me dedico también a una escuela para niños, niñas y mayores, que he creado para todo el que quiera. A Alexandra Andréyevna Tolstaia, agosto 1861 (33 años)… no debería quejarme. Yo también tengo una ocupación exquisita, poética, de la que no me puedo arrancar: mi escuela. A Alexandra Andréyevna Tolstaia, 17 10 1863 (35 años) Nunca antes sentí mis facultades intelectuales, ni tampoco las morales, tan libres y tan aptas para el trabajo. Y tengo un trabajo que hacer. Ese trabajo es una novela situada en los años 1810-1820, a la que estoy consagrado desde el otoño pasado. No sé si esto atestigua debilidad de carácter o por el contrario fortaleza. A veces creo que lo uno y lo otro -, pero debo confesar que mi manera de ver la vida, al pueblo y a la sociedad ahora es del todo distinta a la que tenía la última vez que nos vimos. Uno puede sentir piedad, pero me cuesta entender cómo pude amarlos tanto. De todas formas estoy contento de haber pasado por esa escuela: mi última pasión me enseñó mucho al respecto. Amo a los niños y la pedagogía, pero me cuesta entenderme tal y como era yo hace un año. … En este momento estoy dedicado a la escritura con todas las fuerzas de mi alma, y escribo y reflexiono como nunca antes lo había hecho. A Mijaíl Nikíforovich Katkov, 3 01 1865 (37 años) El manuscrito está muy sucio, le ruego que me disculpe, pero mientras lo tengo en mi poder lo corrijo tantas veces que no puede tener otro aspecto. Traduje las cartas escritas en francés; en mi opinión puede no publicarse la traducción, pero no puede omitirse el texto francés. A Serguiéi Semiónovich Urúsov, 29 12 1870 (42 años) No estoy escribiendo nada. Pero hace tres semanas que estoy entregado, ¿a que no se imagina a qué? ¡A aprender griego! Al punto de que ya estoy leyendo a Jenofonte casi sin hacer uso del diccionario. Espero poder leer así a Homero y a Platón dentro de un mes. A Afanasi Afanásievich Fet, 1-6 o1 1871 (43 años) Recibí su carta hace una semana, pero no le había contestado hasta ahora porque estoy estudiando griego de la mañana a la noche. … Por increíble e inusitado que parezca, he terminado de leer a Jenofonte y ahora lo leo à livre ouvert. Para leer a Homero todavía necesito un diccionario y un poco de esfuerzo. A Alexandra Andréyevna Tolstaia, 021873 (45 años)No piense que no fui sincero cuando le dije que en este momento Guerra y paz me resulta repugnante. Hace unos días tuve que echarle una mirada para decidir si debo hacer o no correcciones para la nueva edición, y soy incapaz de transmitirle el arrepentimiento y la vergüenza que sentí al revisar muchos de los pasajes. Era un sentimiento semejante al que experimenta una persona cuando ve las huellas de una orgía en la que participó. A Nikolái Nikoláievich Strájov, 11 05 1873 (45 años) Sigo trabajando en las correcciones de Guerra y paz. Estoy dejando fuera todas las reflexiones y el francés y desearía terriblemente que me diera su consejo. A Nikolái Nikoláievich Strájov, 8-9 11 1875 (47 años)¡Dios mío, si alguien pudiera terminar Anna Karénina por mí! Me resulta insoportablemente repulsiva. A Nikolái Nikoláievich Strájov, 25 03 1891 (63 años)¿Va bien el trabajo? Eso es lo importante. Sé, por experiencia, que sólo cuando piensas que el trabajo va bien no te avergüenzas de vivir. A Nikolái Nikoláievich Strájov, 5 10 1895 (67 años)Mi libro (“Resurrección”) se ha complicado terriblemente y me tiene harto; es insignificante, vulgar y, sobre todo, me repugna escribir para estos parásitos de la inteliguentsia, buenos para nada, que jamás han producido ni producirán otra cosa que vanidad.
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por La_profe » 01 Oct 2014, 14:41
Sobre otros escritores."Si ve a Dostoievski, dígale que lo amo".A Alexandr Vasílievich Druzhinin, 16 04 1859. (31 años) À propos de literatura: “Oblómov” es una obra capital, como hace mucho, mucho tiempo no ha habido. Dígale a Goncharov que estoy entusiasmado con “Oblómov” y que lo estoy leyendo de nuevo. Pero lo que más gusto le dará es que el éxito de “Oblómov” no es fortuito, que no será un éxito pasajero, sino el de una obra sólida, sustancial, que resistirá la prueba del tiempo entre el público auténtico. A Alexandra Andréyevna Tolstaia, 22 02 1862 (34 años)… consiga Memorias de la casa de los muertos y léala. Es indispensable. A Piotr Alexándrovich Pletinov, 1 05 1862 (34 años)La novela de Turguéniev (“Padres e hijos”) me interesó mucho, pero me gustó bastante menos de lo que esperaba. El reproche principal que le hago es que es fría, fría, que no está a la altura del talento de Turguéniev. Todo es inteligente, todo es refinado, todo está bien resuelto artísticamente,… hay muchas cosas edificantes y justas, pero no hay una sola página que haya sido escrita de un plumazo con el corazón palpitante, y por lo tanto no hay ni una sola página que llegue al alma. A Afanasi Afanásievich Fet, 10-20 mayo 1866 (38 años)… Está usted leyendo a Aristófanes. Lo entiendo muy bien; yo estoy leyendo cosas del mismo tipo, sólo que más recientes: Don Quijote, Goethe y recientemente todo Victor Hugo. ¿Se ha dado cuenta de que ya nadie habla de Victor Hugo? Todo el mundo lo ha olvidado, ¿y sabe por qué? Porque él sí quedará, no como los Byron o los Walter Scott. A Nikolái Nikoláievich Strájov, 25 03 1873 (45 años)… Un día, al terminar de trabajar, tomé el libro de Pushkin y, como siempre (creo que por séptima vez), lo leí de principio a fin sin poder separarme de él, como si lo estuviera leyendo por primera vez. A Nikolái Nikoláievich Strájov, 28 12 1880 (52 años)Hace unos días no me sentía bien y leí La casa muerta (Memoria de la casa de los muertos, de Dostoievski). Había olvidado muchas cosas, lo releí, y no hay para mí un libro mejor entre toda la nueva literatura, incluído Pushkin. No es el tono, es el punto de vista lo admirable: sincero, matural y cristiano. Es un libro bueno, edificante. Todo el día de ayer disfruté como hacía mucho tiempo que no disfrutaba. Si ve a Dostoievski, dígale que lo amo. A Nikolái Nikoláievich Strájov, 5-10 02 1881 (53 años)Como me gustaría tener la capacidad de decir todo lo que siento por Dostoievski. Cuando usted describe sus sentimientos describe en parte los míos. Nunca vi a este hombre y nunca tuve una relación personal con él, y de pronto, cuando murió, entendí que para mí era el más cercano, el más querido, el más necesario de los seres humanos. Yo fui literato y todos los literatos son vanidosos, envidiosos, en todo caso así fui yo como literato. Y jamás se me ocurrió medirme con él, jamás. Todo lo que él hacía (lo bueno, lo auténtico que hacía) era de tal magnitud que cuanto más hiciese, mejor era para mí. A Nikolái Nikoláievich Strájov, mediados de enero de 1896 (68 años)¡Qué obra más burda, inmoral, vulgar y absurda es Hamlet! Todo se basa en una venganza pagana, hay un solo objetivo, acumular el mayor número de efectos posible, sin pies ni cabeza. El autor estaba hasta tal punto ocupado con los efectos, que ni siquiera se tomó la molestia de dar un carácter al personaje principal, y el mundo entero decretó que es un retrato genial de un hombre sin carácter. Nunca entendí tan claramente toda la magnitud de la incapacidad en los juicios de la multitud, y hasta qué punto puede engañarse a sí misma. A Gavriil Andréyevich Rusánov, 24 09 1904 (74 años)Últimamente me he dedicado a compilar, ya no un calendario, sino un círculo de lecturas para cada día, que se compone de los mejores pensamientos de los mejores escritores. Leyendo no sólo a Marco Aurelio, Epicteto, Jenofonte, Sócrates, la sabiduría budista, china y brahmana, sino también a Séneca, Plutarco, Cicerón y los modernos Montesquieu, Rousseau, Voltaire, Lessing, Kant, Lichtenberg, Schopenhauer, Emerson, Channing, Parker, Ruskin, Amiel, etcétera (hace más de un mes que no leo ni periódicos ni revistas), estoy cada vez más y más sorprendido y horrorizado no tanto por la ignorancia, sino por la barbarie “cultural” en la que está inmersa nuestra sociedad.
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por La_profe » 04 Oct 2014, 14:27
Sobre cómo escribir.
“…sólo cuando piensas que el trabajo va bien no te avergüenzas de vivir”.A Piotr Dmítrievich Boborykin, 07-08 1865 (37 años) 1) Escribe usted demasiado deprisa y con descuido; de lo escrito no desecha suficiente (paisajes prolijos), no hace suficiente uso del proceso que, para un escritor de prosa épica, encierra el secreto del arte: no criba la arena lo suficiente como para que sólo quede el oro. 2) Su lenguaje es descuidado; y usted, con su gusto refinado que se deja sentir en todo momento, ha adoptado esa horrible manera – que no sé quién ha introducido recientemente – de escribir: “Buenos días”, se inclinó él”, y utiliza expresiones que pese a ser exactas son triviales y que no molestan en Písemski, pero sí en usted. 3) Y lo más importante. Sus dos novelas versan sobre temas de actualidad. Los problemas del zemstvo, de la literatura, de la emancipación de las mujeres, etcétera, aparecen en su obra en primer plano con una intención polémica, cuando esos problemas, en el mundo del arte, no sólo no tienen ningún interés, sino que son inexistentes. … Los objetivos del arte no tienen absolutamente nada que ver con los objetivos sociales. La misión del artista no es la de resolver con éxito un problema, sino la de hacer que la gente ame la vida en todas sus infinitas, en sus inagotables manifestaciones. A Afanasi Afanásievich Fet, 26 10 1875 (47 años) Qué terrible es nuestro trabajo. Nadie, aparte de nosotros, lo sabe. Para poder trabajar nos hace falta que crezcan andamios a nuestros pies. Y estos andamios no dependen de nosotros. Si te pones a trabajar sin el andamio lo único que consigues es echar a perder el material y arruinar unas paredes que nunca más podrán ser terminadas. Y te percatas de esto sobre todo cuando el trabajo ya está empezado. Constantemente te parece que puedes continuar, pero de pronto te das cuenta de que no te alcanzan los brazos y te sientas a esperar. Esto es lo que he estado haciendo. Ahora, es la impresión que tengo, han crecido mis andamios y me dispongo a subirme las mangas. A Nikolái Vasílievich Mijáilov, 16 02 1889 (61 años)Primera regla general: … no lea lo contemporáneo, considerando contemporáneo lo que ha aparecido durante los últimos cincuenta años. Aún sin proponérselo, se enterará de lo que verdaderamente vale aunque sólo sea un poco la pena; se lo machacarán en la escuela, en la literatura, en las conversaciones. … Lea a los antiguos. … En las indicaciones que le doy sobre qué leer, incluí libros franceses, ingleses y alemanes. Quizá usted no conozca todas estas lenguas, quizá no conozca ninguna como ocurre con frecuencia entre la gente joven que acaba de terminar el colegio. Si es el caso, dedíquese a aprender lenguas nuevas durante sus años de universidad. No importa en qué facultad se encuentre usted, todos sabemos que los estudiantes casi no tienen nada que hacer, sobre todo en las facultades de Derecho, Filología y Ciencias Naturales. Y por lo tanto le aconsejo, ante todo, que se haga usted con las armas para la lectura, que adquiera el conocimiento de las lenguas. Es el conocimiento más humano. Es el que más contribuye a la unión de los hombres. A Alexandr Vladímirovich Zhirkévich, 30 06 1890. (62 años)Ya le he dicho que en usted no hay, creo yo, lo que se llama talento, y lo que quise decir con esto es que en este libro no hay ese brillo, esa riqueza de imágenes que se consideran indispensables para el escritor y a los que se denomina talento, pero que yo no considero necesarios para un escritor. El escritor, en mi opinión, sólo necesita ser sincero y tomar en serio el tema que trata. ¿Tendrá usted esto? Nadie lo puede saber, yo tampoco. Sólo le puedo decir que escriba cuando su actitud con respecto al tema que aborda sea ésta, y entonces lo que escriba estará bien. A Nikolái Nikoláievich Strájov, 25 03 1891 (63 años)¿Va bien el trabajo? Eso es lo importante. Sé, por experiencia, que sólo cuando piensas que el trabajo va bien no te avergüenzas de vivir. A Iván Alexéievich Búnin, 23 02 1894 (66 años)No espere nada de la vida: no puede haber nada mejor que lo que ahora tiene, ni ningún momento más importante y serio que el que está viviendo, porque es un momento real y el único que está en su poder. Tampoco piense en una forma de vida diferente y más apetecible: todas son lo mismo. La mejor es aquella que exige la mayor intensidad de la fuerza espiritual. A Leonid Nikoláievich Andréyev, 2 09 1908 (78 años)Pienso que se debe escribir, en primer lugar, sólo cuando la idea que uno quiere expresar es tan obsesiva que hasta que no la expreses de la mejor manera posible no te dejará en paz. Cualquier otra motivación para escribir, la gloria o, peor aún, el dinero, aunque se añadan a lo principal, a la necesidad de expresarse, sólo pueden interferir en la franquieza y la calidad de la escritura. Es algo que hay que temer. Segundo punto, algo bastante frecuente y de lo que, creo, pecan sobre todo los escritores contemporáneos (en eso se basa todo el movimiento de los decadentes), es el deseo de ser especial, original, de sorprender, de maravillar al lector. Esto es todavía más pernicioso que las consideraciones colaterales de las que hablé en el primer punto. Excluye la sencillez. Y la sencillez es una condición indispensable de lo bello. … Tercer punto: la prisa en la escritura. Es nociva y además simboliza la falta de una verdadera necesidad de expresar el propio pensamiento. Porque si esa verdadera necesidad existe, entonces la persona que escribe no escatimará ni esfuerzos ni tiempo para que su pensamiento alcance una claridad y una definición absolutas. Cuarto: el deseo de responder a los gustos y a las exigencias de la mayor parte del público lector en un momento determinado.
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por La_profe » 08 Oct 2014, 15:00
Para terminar, voy a publicar el resto de extractos del libro que pasé a Word para guardarlos y que apenas pude ordenar. Sobre sí mismo.A Tatiana Alexándrovna Ergólskaya, Piatigorsk, 30 05 1852 (24 años)“Desde mi viaje y mi estadía en Tiflis, mi modo de vida no ha variado: intento conocer a la menor cantidad de gente posible y abstenerme de intimar con la que conozco. Ya se han acostumbrado a mi manera de ser, ya no me molestan y estoy seguro de que dicen que soy raro y distante, pero no es por arrogancia que me comporto así, simplemente así se dan las cosas: la educación, la forma de sentir y de ver de la gente con la que me encuentro aquí es demasiado distinta de la mía como para que me resulte placentero estar con ellos”. Sobre su noviazgo y su vida conyugal.A Sofia Andréyevna Bers, futura condesa Sofia Andréyevna Tolstaia, 14 09 1862 (34 años) Ya no puedo más. Hace tres semanas que cada mañana me repito: hoy se lo diré todo, y me despido de usted con la misma melancolía, arrepentimiento, miedo y felicidad en el alma. Y cada noche, como ahora, repaso lo sucedido, me atormento y pienso: ¿por qué no se lo habré dicho? … Dígame con toda honradez: ¿quiere ser mi esposa? … A Alexandra Andréyevna Tolstaia, 8 10 1862 (34 años) Ya estaba empezando a cansarme de siempre ajustar cuentas conmigo mismo, de empezar nuevas vidas (lo recuerda); estaba empezando a resignarme a mis bajezas, a pensar que si no era positivamente bueno, sí era, por lo menos, medianamente bueno; ahora he renunciado a mi pasado como no lo había hecho nunca, y en todo momento, al compararme con ella, con Sonia, soy consciente de mi villanía, pero “no puedo borrar las tristes líneas”. Hace ya dos semanas y aún me siento puro y tiemblo por mí a cada instante: en cualquier momento puedo tropezar. Es una responsabilidad terrible compartir la vida con alguien. Le escribo todo esto porque la quiero con toda mi alma. Ésa es la verdad. Me da un miedo terrible vivir ahora, así de intensamente siento la vida, siento que cada segundo de mi vida cuenta; no es como antes, al menos de momento. A Alexandra Andréyevna Tolstaia, 20 02 1872 (44 años) Las grandes alegrías son mi familia, terriblemente dichosa – todos los niños están vivos y saludables y, estoy casi seguro, son inteligentes y no se han echado a perder -, y mis ocupaciones. El año pasado fue el griego, este año ha sido – hasta hoy – el Abecedario, … Sobre San Petersburgo."¿Cómo puede usted, una persona espléndida, vivir en Petersburgo? No lo entenderé nunca, o tiene cataratas en los ojos o está ciega".A Serguéi Nikoláievich Tolstói, 13 02 1849 (21 años)“Para alguien joven y que quiere vivir, no hay mejor lugar en Rusia que Petersburgo. Se elija el rumbo que se elija, no hay deseo que no pueda ser satisfecho y no hay nada que no pueda desarrollarse fácilmente, sin ningún esfuerzo. En cuanto a los medios de existencia, para un soltero la vida aquí no es cara en absoluto, al contrario, todo es más barato y de mejor calidad que en Moscú; el alquiler es regalado… A Valeria Vladímirovna Arsénieva, 12 / 13 11 1856 (28 años)… El sueño de la señorita Dembítskaya es vivir en Petersburgo, ir a todos los bailes que se den en invierno, recibir en su casa a las personalidades más distinguidas y pasear por la Perspectiva Nevski en calesa. A Valeria Vladímirovna Arsénieva, 19 11 1856 (28 años)… yo les recomendaría a los Jrapovitski que hicieran lo siguiente: vivir en Petersburgo no en un cuarto piso sino en el principal, hacer coses para la señora Jrapovitskaya 30 vestidos, asistir a todos los bailes, recibir en su casa a todos los generales y oficiales adscritos al séquito del zar y sentirse orgullosos de hacerlo y pasearse por la perspectiva Nevski en su propia calesa. Que la señora Jrapovítskaya coquetee, que el señor Jrapovitski juegue a las cartas y después, habiéndose cubierto de oprobio que huyan a la aldea para escapar a sus deudas y allí acamen por no soportarse y… A Alexandra Andréyevna Tolstaia, 22 07 1862 (34 años) … no se puede buscar un refugio de paz en esta vida, hay que esforzarse, trabajar, sufrir. Todo se puede con tal de poder huir de estos facineros que se lavan las manos y las mejillas con jabón perfumado y sonríen amistosamente. Sí, si vivo muchos años, me iré a un monasterio, pero no para rezarle a Dios, eso no hace falta, creo yo, sino para no ver lo abominable de la depravación de un mundo arrogante, presuntuoso, que usa charreteras y crinolinas. ¡Fu! ¿Cómo puede usted, una persona espléndida, vivir en Petersburgo? No lo entenderé nunca, o tiene cataratas en los ojos o está ciega. La_profe.
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