¿Os gusta Chéjov?
A la hora de conocer a un nuevo alumno le pregunto si le gusta leer y si ha leído algo de la literatura rusa. Si la respuesta es sí, le pregunto qué escritores rusos conoce. En la mayoría de las ocasiones he oído nombrar a Dostoievski y a Tolstói y a éstos casi siempre les seguía Chéjov.
Unos conocen los nombres, otros conocen los títulos de algunas obras, y también hay gente que de verdad lee a Chéjov, porque disfruta de su prosa. Recuerdo como una alumna, que es psicoanalista, me dijo que no se podía ser bueno en su profesión sin haber leído a Chéjov.
¿Se lee Chéjov en Rusia ahora?
He hecho una breve investigación para averiguar qué opina de Chéjov la gente rusa, si lo lee, y qué lee. La conclusión es la siguiente:
La mayoría de la gente dice que:
- no le gustaba leer a Chéjov en el colegio, pero después, con los años, empezó a disfrutar de esta lectura;
- prefería leer sus relatos antes que las piezas de dramaturgía, porque las últimas era mejor verlas en el teatro o en el cine.
Entre las obras favoritas de los lectores rusos de Chéjov las que aparecen más a menudo son “El jardin de los cerezos” y “El pabellón nº 6”. Los siguen “La dama del perrito”, “Tío Vania” y “Las tres hermanas”.
La gente rusa que apenas ha leído a Chéjov, pero que ha dejado sus comentarios en las encuestas que encontré, menciona como sus obras favoritas el relato infantil “Kashtanka” y otro que también entra en el programa de literatura del colegio y que se titula “El gordo y el flaco”.
Así es, todos los rusos leemos a Chéjov de pequeños, muchos lo leemos y lo releemos de adultos, sus piezas de teatro siguen llenando las salas, y siempre habrá gente que además de las obras querrá leer sobre la vida del escritor. Y no solamente gente filóloga.
Eso sí, los estudiantes de filología rusa suelen conocer bastante bien los nombres de los biógrafos de Chejov y los textos que escribieron sobre él sus contemporráneos, ya que lo tuvieron que leer todo para los exámenes. En mis carpetas de estudios aún guardo algunas biografías de Chéjov en formatos doc y gif y muchas veces pienso que no las leí como es debido, que ahora disfrutaría de ellas mucho más que entonces cuando en poco tiempo tenía que hojear la mayor cantidad posible de volúmenes para disponer de toda la información posible y aprobar el examen.
Ahora la vida es más tranquila y nadie me exige saber contestar a montones de preguntas relacionadas con la vida de Chéjov, y hace unos años, en 2011 para ser exactos, disfruté mucho de la lectura del libro entonces recién salido de Sujij “Чехов в жизни”. El mismo año salió la traducción española que se titula “Chéjov en vida”.
Ígor Sujij y “Chéjov en vida”.
Ígor Sujij, doctor de ciencias filológicas, profesor en la Universidad Estatal de San Petersburgo había escrito otro libro sobre Chéjov: “Problemas de la poética de Chéjov” que salió en 1987 y se volvió a publicar en 2007. También escribió libros sobre Dovlátov, Bulgákov, Bábel, Zoschienko y la literatura rusa en general.
“Chéjov en vida” no es una biografía como tantas otras a las que estamos acostumbrados, crónicas que nos muestran primero la infancia de la persona en cuestión, luego su adolescencia, etc. Es más, aquí no vamos a encontrar nada parecido a una narración por parte del biógrafo. Lo que hizo el autor fue dividir la vida de Chéjov no en épocas, sino en categorías como “Carácter”, “Principios”, “Trabajo”, “Visión del mundo”, “Mujeres”, etc., y en vez de hablar él hace que hable la gente que le había conocido en su vida. Y también hace que el mismo Chéjov nos hable a través de sus diarios.
Os dejo aquí algunos párrafos que me han parecido de lo más interesantes.
CARÁCTER.
“Mirando a Chéjov a menudo pensaba: he aquí cómo serán los rusos cuando definitivamente se hagan europeos. Sin perder la dulce suavidad de l alma eslava, la conducirán hasta la elegancia. Sin perder la bondad y el humor, sólo se desprenderán del cinismo. Sin alejarse de su naturaleza, sólo limpiarán de ella el lodo, la suciedad, la pereza, la ignorancia y de nuevo la pereza. El europeo ruso yo lo imagino en esencia sensato, educado, delicado, bondadoso y al mismo tiempo muy y muy buen trabajador. Así era Chéjov, como persona, más allá de su fabuloso talento.
M. O. Ménshikov, Recuerdos de A. P. Chéjov.
TRABAJO.
“Según sus propias palabras, empezó su trabajo literario casi en broma, se lo tomó en parte como un placer y una diversión, en parte como un medio para acabar la carrera universitaria y mantener a su familia.
- ¿Sabe cómo escribo mis relatos cortos?... Así.
Echó una mirada a la mesa, cogió con las manos lo primero que encontró –que resultó ser un cenicero-, lo puso delante de mí y dijo:
- Si lo desea, mañana tendrá un relato… con el título de El cenicero.
Y sus ojos se encendieron de alegría. Por lo visto, empezaron a pulular algunas imágenes, situaciones y aventuras indeterminadas sobre el cenicero que aún no habían encontrado su forma, pero que ya tenían un tono humorístico definido…”
V. G. Korolenko, Antón Pávlovich Chéjov.
EJEMPLO.
"En su última carta me pregunta: “¿Qué puede desear actualmente un ruso?” He aquí mi respuesta: desear. Un ruso necesita, sobre todo, deseos y temperamento. Estoy harto dee tanta acritud".
Chéjov a A. S. Suvorin, Mélijovo, 12 de diciembre de 1894.
"Tú preguntas ¿qué es la vida? Eso es lo mismo que preguntar: ¿qué es una zanahoria? Una zanahoria es una zanahoria y, aparte de esto, no se sabe nada más".
Chéjov a O. L. Knípper-Chéjova, Yalta, 20 de abril de 1904.
MUJERES.
“Sólo una persona que ha amado puede escribir La dama del perrito y Sobre el amor donde las siguientes palabras arden con el fuego del corazón: “Cuando amas, si reflexionas sobre este amor, tienes que partir de algo más elevado, más importante que la felicidad o la infelicidad, el pecado o la virtud, en su sentido general, o es mejor no reflexionar nada”.
Creo que aquella misma tarde Chéjov me dijo:
- No es cierto que con el paso del tiempo cualquier amor desaparezca. No, el amor verdadero no desaparece, sino que aparece con el paso del tiempo. No de repente, sino poco a poco comprendes la felicidad del acercamiento a la mujer amada. Pasa igual que con un buen vino añejo. Hay que asoctumbrarse a él, hay que beberlo durante un buen rato para comprender dónde está su encanto”
La idea del amor que crece con el paso del tiempo es maravillosa, elevada, pero la comparación de la mujer con el vino es vil. Mezclar lo elevado y lo vil es vulgar. La vulgaridad no le fue ajena a Chéjov. Pero ¿a quién le ha sifo ajena? Si en el alma de Chéjov no se mezclara a veces lo elevadocon lo vil, no sería capaz de ver esta vulgaridad en las almas de otros, y él la veía muy bien”.
V. A. Posse, Memorias sobre Chéjov.
“Créeme, la felicidad está sólo allí.
Donde nos quieren, donde confían en nosotros.
Lérmontov.
Allí donde nos quieren y confían en nosotros, nos aburrimos; pero nos sentimos felices allá donde somos nosotros mismos los que queremos y confiamos…
Antón Chéjov"
10 de mayo de 1898, Chéjov, nota del álbum de A. F. Oneguin (Otto), París, 28 de abril.
ENFERMEDAD.
“Cuando me acuerdo de Chéjov, me viene a la cabeza una noche que pasé con él en un tren con destino a Roma (30 de enero de 1901). Ninguno de los dos pudo dormir. Empezamos a hablar de nuestros planes y esperanzas. “Es difícil para mí –dijo él- plantearme un trabajo a largo plazo. Como médico, sé que mi vida será corta.”
M. M. Kovalevski, Sobre A. P. Chéjov.
ESPOSA.
“De acuerdo, me caso si es eso lo que usted quiere. Pero éstas son mis condiciones: todo debe ser igual que antes, o sea, ella debe vivir en Moscú, y yo en el campo, y la iré a visitar de cuando en cuando. No soportaré una felicidad que se prolongue día tras día, mañana tras mañana. Cuando cada día me dicen lo mismo, en el mismo tono, me pongo furioso. Por ejemplo, enfurezco en compañía de Serguéienko porque se parece mucho a una mujer (“inteligente y compasiva”), porque en su presencia pienso que mi mujer puede parecerse a él. Prometo ser un marido maravilloso, pero deme una mujer que no aparezca cada día, como la luna, en mi horizonte. NB: si me caso, no voy a escribir mejor.”
Chéjov a A. S. Suvorin, Mélijovo, 23 de marzo de1895.
La_profe.